miércoles, 16 de abril de 2008

17

Este número trae sentimientos tan extremos pero tan cercanos a la vez, porque al entender que un 17 hace ya 28 años mi madre me trajo al mundo, y miro hacia atrás y no puedo negar que no ha sido fácil que como todo en la vida he tenidos momentos felices y otros tristes, pero todos ellos me han hecho gran parte de lo que soy.

Porque hablo del día 17 si no estoy de cumpleaños, ya que faltan un par de meses, menciono el 17 debido a que hace 3 años comenzamos una relación, la que a la fecha solo quedan recuerdos y así mismo como en todo también hay felicidad y tristeza, pero la verdad es que como una persona puede transformarse en alguien tan cercano y a veces tan nuestro, que no distinguimos que de un día para otro no puede estar cerca tuyo y se viene casi el mundo encima, todo se nubla de una forma tan espesa que no puedes distinguir si es real o una pesadilla que quisieras despertar lo más pronto posible, pasar noches llenas de dudas, de culpas, de errores; mirar el teléfono y casi rogando porque suene, pero ese aparato está en contra de ti y no suena, lo revisas, lo apagas y enciendes tantas veces que puedes y te das por vencido, porque la cruda y triste realidad, es que ese teléfono no va a sonar, ese mail no va a llegar.

Después de navegar entre la soledad y la tristeza, te recuerdas que existe un Dios, tú Dios, al cual en un momento le dijiste que ibas a cumplir su voluntad, que lo mas en la vida era ser un siervo fiel y te sientes tan abrumado que no sabes que hacer, porque no solo tu vida sentimental está en crisis, sino tu vida entera, abres los ojos y te das cuenta de que lo un día pediste y lo tienes, te llena de miedos y piensas que es tan grande la responsabilidad que no vas a tener las capacidades o habilidades para sortear toda la vorágine de cosas que se vienen, pero en el fondo de tu corazón sabes que ese Dios no te va a dejar solo y que nunca te ha dejado solo, el problema es que nosotros mismos nos hemos alejado de Él, relegándolo a una posición que no se merece. Ahora hay que volver a poner las cosas en orden y como siempre tuvieron que estar, en el primer lugar Dios, en el segundo Dios y así sucesivamente.

Por último, no puedo sino más que decir un "feliz aniversario" a la distancia, que el tiempo compartido me ayudo a crecer, a experimentar ese amor que nunca había sentido por una persona, y tantas cosas más...

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